domingo, 5 de septiembre de 2010

TERCER SEMESTRE "LEER, REFLEXIONAR Y COMENTAR"

Manuel Moreno Castañeda*
* Director de la División de Educación Abierta y a Distancia de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
La condición magisterial es un asunto que ha sido debatido desde hace décadas y hoy adquiere una importancia mayor. Más, porque en los umbrales de una nueva reforma educativa el maestro aparece nuevamente como el garante desde donde se plasma todo el proceso.
    En Jalisco, desde el último tercio del siglo XIX, los preceptores empezaron a distinguirse como un gremio cada vez más numeroso y con una responsabilidad profesional cada vez mayor.
    Con el triunfo de la República en 1862 y con la consolidación del Estado en el régimen porfirista, los maestros fueron paulatinamente ubicándose en el centro de sus decisiones por diversos motivos: por la concepción liberal y luego positivista de que la educación es el instrumento fundamental para el progreso social; por la responsabilidad echada a cuestas por parte del propio Estado en torno al otorgamiento de los servicios de educación básica; por el interés político del propio régimen para obtener consenso y legitimidad a través de la labor ideológica que la propia escuela por medio del maestro debía llevar a cabo. En fín, diversas circunstancias y propósitos que van ampliando la cobertura de la escuela estatal y con el crecimiento en número y participación del maestro.
    Sin embargo, precisamente porque por razones de origen el profesor quedará sometido institucionalmente a un poder consolidado –el porfirismo–, es así, además, porque ha sido concebido como un agente cultural enfrascado en la difusión de la política educativa estatal y porque desde sus antípodas la función magisterial es pensada como una responsabilidad no autogestiva sino tutelada. Es así como se ven envueltos los maestros en una atmósfera social enrarecida que les dificultará el camino hacia su emancipación en el ámbito de su profesión y en su capacidad democrática para alcanzar una organización gremial. Los movimientos populares tienen en su historia un subconciente que aflora en los momentos necesarios, y de repente esa historia que parecía olvidada se hace presente y anima el desarrollo social, sobre todo a favor de quienes quieren mejores condiciones de existencia.
    En esta línea se ubica la intención de este artículo, de recatar las experiencias históricas de los trabajadores de la educación como tales, para contribuir a la puesta en común de un marco referencial que ilustre y documente nuestras reflexiones y actividades.
    De acuerdo con estas consideraciones, en esta ocasión presentamos un somero programa sobre las condiciones en que trabajan los profesores jaliscienses de principio de siglo.
Los maestros del porfiriato
En el primer Congreso de Instrucción Pública realizado en el porfiriato entre los años de 1889-1890, Justo Sierra expresaba a propósito de la situación de los maestros:
"¿Qué aliciente, qué estímulo puede haber para un hombre que dedica la mejor parte de su juventud al estudio y a la preparación de un magisterio (que llamamos una función suprema de la República) y que cuando con tamaña labor lo obtiene, se encuentra en una situación tal que puede decirse que el hambre y las necesidades lo acechan a cada paso y es un pobre que está siempre sujeto a un sueldo de $60 a $ 100 por casi toda la vida?"
Con toda seguridad, Sierra se refería a maestros bien pagados pues había lugares en la República en que los profesores ganaban salarios muchos mas bajos. En Jalisco ganaban entre $25 y $ 30 pesos.
    Veinte años después las condiciones económicas de los maestros no habían mejorado nada. Comentando el Congreso Pedagógico realizado en Guadalajara en septiembre de 1910, el diario La Gaceta de Jalisco recomendaba:
"En el Congreso se han tratado diversas cuestiones de verdadera importancia para la instrucción; y ojalá que entre otros asuntos se tomara en consideración el que se relaciona con la mezquinidad de emolumentos que reciben los profesores por sus servicios y la vida precaria que se ven obligados a llevar por sus grandes fatigas y desvelos que tienen que soportar a cambio de una exigua remuneración".
    Otra muestra de la situación económica de los maestros se manifiesta en la correspondencia oficial de la época, en la que era obligación utilizar papel timbrado, con sellos de uno a cinco centavos.
    En los oficios que los profesores dirigían al gobernador o a las autoridades de Instrucción Pública, pedían licencia de no usar timbres "por estar en la indigencia".
    Como se observa, la secular pobreza de los maestros no tuvo una excepción en el porfiriato; esta profesión seguía reclutando a sus trabajadores entre la clase popular y en ella los mantenía. Pocos eran los maestros que por tener puestos directivos recibían salarios decorosos, pues la gran mayoría eran maestros sin título, que apenas habían cursado la educación primaria. (De 1833 maestros que laboraban en las escuelas primarias públicas en 1910, sólo 369 eran titulados de los cuales 140 eran directores).
    Por lo tanto,su preparación profesional se limitaba a algunos meses de práctica en la escuela primaria, los consejos de los directivos, cursos aislados que eventualmente organizaba la Dirección General de Instrucción Pública y ante todo la imitación de los modelos de enseñanza que observaban en su trabajo. De ahí que la tradición escolar tuviera más fuerza que las pretendidas innovaciones pedagógicas, que rara vez rebasaban los limites de las escuelas normales y las pláticas entre la élite de profesores.
    Con respecto a su organización como trabajadores de la educación, no se había llegado a un sindicalismo maduro y sólo se intentaban formas mutualistas, como la Sociedad Cooperativa de Profesores y Empleados de Instrucción, que desde 1905 habían fundado algunos maestros encabezados por Ernesto Alatorre, cuyos principales propósitos consistían en crear fondos comunes de ahorro para ayudar a los compañeros en casos de urgencia económica, y la realización de eventos culturales para mejorar la labor educativa.
    Pero nunca fueron movimientos en los que se agrupara la mayoría de los maestros jaliscienses.
    En contraste con las condiciones de vida de los profesores, las exigencias oficiales no eran nada modestas, pues según la Ley Orgánica de Instrucción Pública en su artículo 59 dice:
"Son requisitos para ser director o profesor de escuela oficial:
    1. Ser profesor titulado en escuela oficial o incorporada.
    II. Haber cumplido 20 años de edad los varones y 18 las señoritas .
    III. Ser de conducta intachable y de maneras cultas".
Evidentemente, no se iban a encontrar en todo Jalisco los suficientes maestros con tales características, por lo que el artículo 61 señalaba:
A falta de profesores normalistas y otros titulados podrán emplearse personas que tengan la suficiente aptitud Reglamento.
    Reglamento que para su cumplimiento requería de maestros con una suficiente preparación científica, adecuada metodología para la enseñanza, capacidad administrativa y, lo que parecía una preocupación constante, "ser de conducta intachable y de maneras cultas" maneras en las que se incluía la propiedad en el vestido, muy dificil con los exiguos salarios que devengaban.
Los maestros de la Revolución
Partiendo de la situación de que los maestros siempre mantuvieron su carácter de trabajadores asalariados, generalmente mal pagados.
    Como ya se apuntaba al tratar el porfiriato, la formación y desarrollo de sus organizaciones gremiales fueron más lentas y tibias que las de otros tipos de trabajadores, por lo menos hasta 1920, cuando los profesores jaliscienses empezaron a tener contactos más firmes con trabajadores de otras ramas y con profesores de otros estados.
    De 1910 a 1920, los maestros tuvieron unas ligeras mejoras salariales, pero su situación como trabajadores no cambió, sus organizaciones sólo fueron de tipo mutualista y cultural; lo primero para recibir alguna ayuda económica en casos urgentes o que la recibieran sus deudos cuando él muriera, y lo segundo para asistir a reuniones académicas o recibir publicaciones que le aconsejaban cómo mejorar su trabajo, pero no se forman auténticos sindicatos de profesores debido a la prohibición expresa del gobernador Manuel M. Diéguez. Y a que los mismos maestros se consideraban con un status social diferente y no se unían con obreros y campesinos, por lo menos no compañeros de clase.
    A partir de la década de los años veinte las circunstancias empezaron a cambiar. Los maestros de otros estados y de la capital de la República estaban avanzando mucho en su organización y realizaban constantes actividades para lograr la unión de todos los maestros del país. Entre estas actividades hubo una serie de congresos nacionales de maestros de los cuales el tercero se realizó en Guadalajara, en enero de 1922, congreso que trajo a esta ciudad nuevos aires políticos y magisteriales, discutiéndose aquí las ideas del anarquismo.
    En este congreso la mayoría se decidió por luchar a favor de tres principios fundamentales: considerar al maestro como parte del proletariado, luchar por su sindicalización e impulsar la escuela racionalista.
    Nada fácil había sido llegar a esas conclusiones en una ciudad que se distinguía por su conservadurismo y con representantes de las corrientes e intereses educativos más disímbolos, pues lo mismo estaban profesores provenientes de los estados más revolucionarios de la época, como Yucatán, Tabasco y Veracruz, que profesores de escuelas particulares de Guadalajara que defendían los intereses clericales y conservadores, de manera que el enfrentamiento ideológico pasó de la violencia retórica a la agresión física y al disparo de armas de fuego.
    Pero al final de cuentas se aprobó un conjunto de ponencias que pretendían darle un nuevo rumbo a la educación escolar en México, destacando la primera que decía."El magisterio es parte integrante del proletariado, entendiéndose por esto a todos los que necesitan trabajar manual e intelectualmente para vivir, y deberá adoptar los medios de lucha que necesita para conseguir la realización de sus ideales y mejoramiento social y económico".
    Estas declaraciones no dejaron de inquietar a los funcionarios públicos y a los propios profesores jaliscienses que no habían vivido un proceso de concientización y le llegaban de repente las nuevas orientaciones. Con todo y su origen popular y su carácter de asalariado mal pagado, temía comprometerse en la lucha obrera, pues era un gremio muy condicionado a su papel de "modelo de comportamiento social" y respetuoso de las normas de conducta, conforme a las cuales "se veía muy mal" que anduviera en mítines o manifestaciones gritando y portando pancartas junto con los obreros.
    Pero poco a poco fueron cambiando sus organizaciones de meramente mutualistas y culturales a grupos sociales con más carácter laboral y sindical, siguiendo la línea marcada por la Crom en ese tiempo de luchar simultáneamente por mejorar la situación económica de los trabajadores y escalar posiciones políticas en el aparato gubernamental, y así nace en Jalisco la Unión de Maestros Jaliscienses en 1922 en la que ya se bosquejaban estas tendencias.
    Pero fue hasta 1926, con la fundación de la Unión de Educadores Jaliscienses, cuando se logra una organización ya con carácter sindical con claros propósitos laborales y políticos, aunque no dirigida por maestros de base, sino por profesores que ocupaban puestos medios, como directores e inspectores. Esta organización sería hasta los años de la educación socialista la más consolidada y la que más posibilidades de gestión tuvo para los profesores, por las relaciones de sus dirigentes con las autoridades educativas. Situación que al mismo tiempo les impedía abandonar los movimientos radicales de las masas.
    La situación salarial de los maestros en estos 30 años, generalmente se mantuvo bajo, en los niveles de cualquier trabajador de otras ramas, sin cambiar notablemente con repecto a los años anteriores a la Revolución. Dentro de esta normalidad, habría que mencionar los difíciles años de la crisis que se dio a fines del gobierno de Calles, en el que los maestros de Jalisco, igual que otros empleados oficiales, vieron reducidos sus sueldos a la mitad, recuperándose después paulatinamente a insistencia de los profesores.
    Y siendo el mayor sueldo de: $66.00 que corresponde a los maestros de primera clase de los cuales el maestro se ve obligado a hacer la siguiente distribución mínima: renta de casa $20.00;alimentación $30.00; vestuario $10.00 y de los $6.00 restantes se descuentan el día de haber para el Pnr y gastos de tranvía, material escolar, etc., esto considerando al maestro solo, pero casi en su totalidad, cada uno sostiene a dos o tres miembros de su familia creándole una situación por todos conceptos dificil, viéndose obligado a recurrir a los prestamistas, los cuales acaban por aniquilar económicamente al maestro.
    En el arranque de la educación socialista apenas habían recuperado las bajas salariales de la crisis y en adelante con los gobiernos de Allende y Topete, contemporáneos del presidente Cárdenas siguieron mejorando sus ingresos, aunque siempre inferiores a los de los maestros federales.

8 comentarios:

  1. Qué pues yo pienso que los salarios que les pagaban a los maestros eran muy miserables y que pues no se valía lo que les hacían, por que ni les alcanzaban para sus familias y además también era in justo que les pagaran mas a los que eran de primera clase.

    monica 3c

    ResponderEliminar
  2. Profe no me acuerdo de mi cuenta jejeje
    per0 soy fany ovio de tercer semestre
    ahy le va mi comentario:

    A pesar de que la educación se ha ido cambiado o transformando desde las épocas prehispánicas hasta la actualidad, los maestros son los que han sufrido las consecuencias de estos cambios; en esta lectura se menciona que no eran bien asalariados y estaban en un status bajo, lo admirable de los maestros es que algunos a pesar de recibir bajo salario siempre estaban dispuestos a ayudar a la gente que necesitaba educación. Gracias a maestros que lucharon por su profesión ahora han llegado a tener más oportunidades y un status más respetable. En la actualidad siguen habiendo casos en que los maestros no son bien pagados y unos que no respetan su profesión; pero lo que debemos de tener en cuenta todos es que brindemos una educación por igual y fijarnos en los niños quienes son los que necesitan de nosotros para su futuro.

    ResponderEliminar
  3. soy angelica de 3c jijiji

    en mi punto de vista los maestros desde antes dela reblucion se han visto en situaciones econimicas no muy favorables ya que los sueldos de los maestros son mal pagados desde hace tiempo y apesar de los años sige ciendo talves no lo mismo porque depndiendo ala preparacion que tengan es como los maestros tebdran un salario comodo para poder sobrevivis apesar que antes solo era un minimo no respetando incentivos y aora en la actualidad tienen todas las prestaciones seguro y ban subiendo de categiria deacuerdo a la letra de la carrera magiaterial y el poyo que tiene con los sindicatos alos que pertenesen anterior mente a los maestro no se les veia con un estatus tan alto y no se respetaban apesar del apoyo que les daban alos alumnos no importando el mal salario que recibian ademas como unted comentaba que seberia ser equitativo el pago para todos los maestros pero des de antes del siglo XIX ganaban deacuerdo a su nuvel de escolaridad .

    ResponderEliminar
  4. Quiero empezar agradeciendo que no me toco vivir en esas épocas y en las condiciones en que Vivian y eran tratados los profesores con esto no quiero decir que han cambiado mucho las cosas pero al menos lo que el país ha hecho por la educación es notable ha crecido la población estudiantil y se han logrado grandes profesionistas claro que en comparación con otros países lamentablemente, pues México si esta por un nivel muy bajo.
    La lectura hace hincapié en los salarios de los profesores muy pobres, recuerdo en otras lecturas que los hacían llamar apóstoles de la educación pero se relacionaban en un nivel social más bajo al que debían de pertenecer lo que hay que rescatar es que aun existen maestros con vocación y que realmente les importa sacar un trabajo y toman en cuenta que su materia prima son los seres humanos.
    Espero que algún día se valore el gran trabajo de los maestros con vocación y no de los maestros conformistas...
    MARIFER 3° "C"

    ResponderEliminar
  5. mi comentario es...

    a los maestros en la epoca de la revolucion no se les reconocia su trabajo y esfuerzo.. es impresionante ver como cualquiera que tuviera "suficiente aptitud" podria ser maestro.. sin embargo aquellos que cursaron su carrera en ocasiones no se les tomaba en cuenta..
    en cuanto a los salarios eran terriblemente mal pagados.. no es posible que los que eran "bien pagados" gozara de 60 a 100 pesos... acaso era suficiente? y eso si bien les iba.. en caso de no ser asi de 25 a 30 pesos? que burla!

    solo espero que algun dia se tomen en cuenta los esfuerzos de los docentes.. que se valore su trabajo y que no se siga tomando una idea equivocada hacia ellos y hacia su trabajo!

    ResponderEliminar
  6. profee soy dalia...

    mensionava que antes a los maestros no seles pagaba como deberia ser, ya que no reconosian su trabajo pero ellos apesar de que su trabajo no es recconocido ellos les importaba seguir dando la educacion a los alumnos, pero esono quiere desir que actualmente aya mejorado su salario alcontrario sigue igual pero aun no se puede hacer nada por remediarlo, se mensionava que durante la revolucion los maestros gananavan mas o menos de 50 a 100 pesos pero ese dinero se lo davan a maestros supuestamente de un nivel alto y a los de nivel bajo se les pagaba de 25 a 50 pesos.
    lo cual quiere desir que ese salario no les alcanza para un mejor futuro.
    por ello se espera que algun dia el trabajo de un maestro sea reconosido y sobre todo bien pagado para mejorar su calidad de vida.

    ResponderEliminar
  7. Andrea 3° c

    esta lectura me hace pensar en todo el esfuerzo que los maeatros en años pasados sufrian con un miserable sueldo para poder sobrevivir.desgraciadamente la profeción del maestro es muy mal pagada y valorada hasta ahora en la actualidad, pero hay personas quenos son biuenos maestros yque nisiquiera tienen la vocación para estar frente a un grupo, y nisiquiera es normalista sino que heredaron su lugar, nosufrieron las pruebas tan duras queforman a un buen maestro como irse lejos de su lugar de origen y cambiar el estilo de vida al que estaban acostumbrrados, esas condiciones hacenvalorar más las cosas que uno tiene y lucha por prepararsemás para tener una mejor calidad de vida. Esas personas llegan a ganar mas por la ubicación del lugar tan prestigioso en el que se encuentran.

    Lo triste es que nisiquiera el gobierno apoya al maestro y la sociedad tiende a generalizar por algunos maestros que no hacen bien su trabajo...

    por ahora lo unico que nos queda es dar lomejor de nosotros y espoerar que la suerte de los maestros cambie y que algun día el gobierno llege a valorar nuestro trabajo porque un día los que estan al frente de la educación con altos puestos necesitaron de sus maestros y deben mucho a sus profesroes por el apoyo, los conocimientos y buenos consejos que algun día sus maestros les dieron.....

    ResponderEliminar
  8. esta lectura nos masrca que desde esas epocas no has sabido valorar a los maestros ni por su trabajo noi por el esfuerzo que realizan dia con dia en enseñanza de las personas, los sueldos eran muy bajos apenas si les alcanza para sobrevivir pero algunos maestros no tienen la vocasion de enseñar a las personas solo lo hacen por obligacion,en la actualidad seguimos teniendo el mismo problema sueldos pobres y y no valorar el trabajo de los maestros y esto es muy importante por que todos necesitamos de ellos por que nos transmiten conocimientos,valores,diciplinas para nosotros poder ser alguien en la vida ojala algun dia la saciedad y el gobierno llege a valorar el trabajo de un maestro.

    ITZEL

    ResponderEliminar